jueves, 19 de noviembre de 2009

Imitad a Jesús y Sócrates


Que frase! no creo que Franklin se equivoque,  por eso mismo te comparto esta perspectiva.

 

Sócrates:  

Fue el verdadero iniciador de la filosofía en cuanto que le dio su objetivo primordial de ser la ciencia que busca en el interior del ser humano El método de Sócrates era dialéctico: después de plantear una proposición analizaba las preguntas y respuestas suscitadas por la misma.

 Sócrates describió el alma como aquello en virtud de lo cual se nos califica de sabios o de locos, buenos o malos, una combinación de inteligencia y carácter. Creía en la superioridad de la discusión sobre la escritura y, por lo tanto, pasó la mayor parte de su vida de adulto en los mercados y plazas públicas de Atenas, iniciando diálogos y discusiones con todo aquel que quisiera escucharle, y a quienes solía responder mediante preguntas. 

 No escribió ningún libro ni tampoco fundó una escuela regular de filosofía.

 La base de sus enseñanzas y lo que inculcó, fue la creencia en una comprensión objetiva de los conceptos de justicia, amor, virtud y el conocimiento de uno mismo. Creía que todo vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona desea el mal; a su vez, la virtud es conocimiento y aquellos que conocen el bien, actuarán de manera justa.

 Admiro este personaje, el dedicarse gran parte de su vida  hacerse preguntas y describir el alma me parece realmente interesante, los valores de justicia, amor  y el conocimiento de uno mismo definen que era una persona que quería que las personas tuvieran esa cualidad de filtrar lo que en sus vidas pasaban para así después ser mejores personas.

 Es importante resaltar que definió que cualquier vicio es el resultado de la IGNORANCIA y que todos somos buenos nadie es tan malo, lo que me parece que entonces no existen las brujas ni malvados en esta vida y lo creo así. Es increíble pensar que realmente nunca escribió un libro y dejo tanto… es decir su simplificación de vida  es su ejemplo.


Veamos la vida de Jesús.Jesús de Nazaret, también conocido como Jesús, Cristo o Jesucristo, es la figura central del cristianismo. Para la mayoría de las denominaciones cristianas, es el Hijo de Dios y, por extensión, una encarnación de Dios mismo. Su importancia estriba asimismo en la creencia de que, con su muerte y posterior resurrección, redimió al género humano.

Según la opinión mayoritariamente aceptada en medios académicos, basada en una lectura crítica de los textos sobre su figura,  Jesús de Nazaret fue un predicador judío que vivió a comienzos del siglo I en las regiones de Galilea y Judea y fue crucificado en Jerusalén en torno al año 30. Acompañado por sus seguidores, Jesús recorrió las regiones de Galilea y Judea predicando el evangelio y realizando numerosos milagros.

 Predicó tanto en sinagogas como al aire libre, y las muchedumbres se congregaban para escuchar sus palabras. Entre sus discursos, destaca el llamado Sermón de la Montaña, en el Evangelio según San Mateo (Mt 5-7). Utilizó a menudo parábolas para explicar a sus seguidores el Reino de Dios. Las parábolas de Jesús son breves relatos cuyo contenido es enigmático (a menudo han de ser después explicadas por Jesús). Tienen en general un contenido escatológico y aparecen exclusivamente en los evangelios sinópticos. Entre las más conocidas están la parábola del sembrador (Mt 13,3-9; Mc 4,3-9; Lc 8,5-8), cuyo significado explica Jesús a continuación; la de la semilla que crece (Mc 4,26-29); la del grano de mostaza (Mt 13,31-32; Mc 4,30-32), la de la cizaña (Mt 13,24-30), la de la oveja perdida (Mt 18,12-14; Lc 15,3-7), la del siervo despiadado (Mt 18, 23-35), la de los obreros enviados a la viña (Mt 20,1-16), la de los dos hijos (Mt 21,28-32), la de los viñadores homicidas (Mt 21,33-42; Mc 12,1-11; Lc 20,9-18); la de los invitados a la boda (Mt 22, 1-14), la de las diez vírgenes (Mt 25,1-13), la de los talentos (Mt 25,14-30; Lc 19,12-27). Dos de las más conocidas aparecen solo en el Evangelio según San Lucas: se trata de las parábolas del samaritano (Lc 10,30-37) y del hijo pródigo (Lc 15,11-32). En las parábolas, utiliza Jesús frecuentemente imágenes relacionadas con la vida campesina.

 Se habla de Jesús  hasta en la sopa,  claro un personaje tan enigmático que es imposible hoy en día todavía no se entienda mucho de el como  fue Sócrates

Sabes quien es Jesús? o tu argumento es decir puff religión eso es para los clavados. Pues te diré por que escribí esto, por que tendemos a imitar todo el tiempo, vivimos en redes sociales tanto nuestros amigos, familia, dates, aprendes algo y cuando algo te gusta lo imitas y es posible que tengas algún gesto, la forma en que nos relacionamos nos lleva de ese lado. DIOS ES LO MAS GRANDE Y HERMOSO QUE EXISTE EN TODOS LOS UNIVERSOS EXISTENTES!

 Al hablar de Jesús no estoy poniéndolo en un nivel terrenal, Jesús es espiritual y por lo tanto exalto su nombre y su vida, si realmente la cita de Franklin parece ser así, solo destaco su vida terrenal, por que JESUS ESTA VIVO Y VIVE EN  TU CORAZON… SI TU LO DESEAS. La ciencia no esta peleado con Dios, ya que llevamos años investigando sobre la divinidad que existe en el aire. Como siempre este blog esta creado para mirar hacia el cielo y ver esa parte espiritual que el hombre necesita.

 Más que divagar has tus propias conclusiones y tus propias preguntas, me he dispuesto a no analizar tanto, ni decirte mi perspectiva total, por que es interesante que tu también tengas un criterio y tengas una opinión y lo mucho que te ayude y te haga pensar es eso lo que busco; aunque no espero una respuesta por que finalmente al hecho de hacerte pensar es mi proposito.

 Haz todo lo posible por imitar cualquier tipo de enseñanzas que dejaron plasmadas para que esta humanidad, sea mejor y contribuya a que siga su curso de una manera armonica aunque en sus bemoles se pierda.

 Imita el pensamiento de Sócrates, el preguntarse del curso de las cosas, imita el amor y la compasión de Jesús. No creo que pierdes nada… al contrario ganaras mucho.

 Bibliografía

 

Diccionario de frases celebres  1976 editorial Olimpo

Pag. 137

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